Niños adictos al azúcar. Niños predispuestos a la caries.

Estoy en casa, agotada y agotadísima tras una tarde intensa en la clínica (los que sean odontopediatras saben de lo que hablo). Tengo encendida la televisión de fondo, no la estoy escuchando. Al llegar a casa suelo analizar el transcurrir de la tarde en la consulta. Es justo que me he parado a pensar en una charla que he mantenido hoy con unos papás.

La conversación se ha llevado a cabo dentro del programa que establezco con todas las familias que acuden a mi consulta y que denomino “educación bucodental familiar”. Es así como llamo a la cita en la que los papás y el niño acuden para explicarles hábitos saludables de alimentación e higiene bucodental, así como enseñar la técnica de limpieza bucodental, todo ello en función de la edad y el riesgo de caries individual de cada niño.

En concreto en este caso el paciente, de 2 años de edad casi 3, presentaba casi todos los dientes temporales (de leche) con caries. Tras la conversación establecida con la mamá (y digo la mamá porque era ella quien respondía a las preguntas), quería destacar varias frases que considero claves y que creo que nos pueden ayudar mucho a analizar el problema. (Por favor quiero dejar claro que la mamá lo hacía con plena convicción de que era lo mejor para su hijo):

“Ya no le doy pecho. Pero como no le gusta la leche, le doy batidos de chocolate. En la botella pone bajo en azúcar”.

“En la merienda toma zumos y todas las tardes le doy un huevo kinder porque lleva algo de leche”

“Si le doy otra cosa no le va a gustar, le gusta el dulce”

Quería enlazar estas frases con el tema del que quería hablaros hoy: el azúcar en los niños.

“¿Pero tan pequeño y con caries?. Si los dientes de leche no tienen caries, ¿no?” – Esto me suelen preguntar los papás. 

¿Sabíais que la CARIES es la enfermedad más común en la infancia?

Es por ello que de vez en cuando sacaré el tema. Los que me conocen saben que a cabezota no me gana nadie, y si consigo que poco a poco vayamos ganando la lucha a la caries “me daré con un canto en los dientes”.

Son muchísimos los post que podría escribir acerca de este tema. Sé que resulta muy complicado abandonar ciertos hábitos que tenemos arraigados hasta la saciedad en nuestra rutina diaria, entre ellos darles a nuestros hijos azúcar por doquier.

Todas los días en la consulta me encuentro papás muy desconocedores de lo que comen sus hijos, desconocedores de las grandes cantidades de azúcar que ingieren sus hijos con cada comida.

Si tenemos en cuenta esa elevada ingesta de azúcar en los niños, no nos tienen que sorprender las altísimas cifras de incidencia de caries y obesidad con las que cada año nos alertan las sociedades científicas como  la Sociedad Española de Odontopediatría y Pediatría. 

No son solo las CHUCHES

Me suelo encontrar con papás que no entienden cómo sus hijos tienen caries. Como dicen todos, toooodos, “no no, mi hijo no come chuches”. Y sí, de verdad que os creo, pero ojalá sólo fuesen las chuches las que generan caries. No os podéis imaginar la cantidad de azúcares libres escondidos que llevan muchos alimentos…

Los papás se sorprenden cuando les digo que la mayor parte de los alimentos que les dan a sus hijos en el desayuno, el almuerzo y la merienda son ricos en azúcares, responsables de la aparición de caries en los niños. Veamos un ejemplo:

• Desayuno: leche con cacao y cereales (de esos pegajosos ricos en azúcares y tan difíciles de eliminar con el cepillado dental).
• Almuerzo: yogur azucarado y bollo/galleta.
• Merienda: zumo, natillas, galletas o bocadito de pan de molde.

Todos los papás quieren para sus hijos una alimentación lo más saludable posible. Si eso es lo que queremos inculcar a nuestros hijos, lo recomendable es hacerlo desde que son bebés. El momento crucial es en el que el bebé toma sus primeras comidas, sin sal y sin azúcar.

¿Por qué sin sal y sin azúcar en los bebés?

La respuesta es muy sencilla, no lo necesitan. Los alimentos que consumen ya los tienen incorporados, no es necesario añadir un extra. Si el bebé tiene contacto en esta etapa con extras de azúcar y sal, les estaremos acostumbrando a estos sabores y luego será muy complicado conseguir que coman alimentos menos dulces o salados. Digamos que los convertimos en “adictos al azúcar”.

Es por ello que a la mamá con la que hablaba en mi gabinete le cueste ahora tanto darle alimentos con bajo contenido en azúcar. Se ha acostumbrado desde pequeño a altas dosis de azúcar. 

El bebé cuando nace no tiene desarrolladas las papilas gustativas. Es entre los 6 y los 24 meses cuando éstas empiezan a funcionar. Es entonces cuando progresivamente irá descubriendo si sus potitos están riquísimos o simplemente “sin más”. El objetivo es guiarle hacia unos hábitos alimenticios donde los actores principales sean los alimentos naturales.

Para todos nosotros quizá el sabor de esos potitos no sea muy apetitoso. Y es ahí cuando se produce el error más frecuente, el pensar que a nuestro bebé no le gustará y añadimos esa pizca no necesaria para cambiar por completo el sabor.

¿Qué opina la Organización Mundial de la Salud acerca del azúcar en niños?

La Organización mundial de la salud (OMS) alerta del peligro que implica el consumo elevado de azúcar y los problemas de salud derivados.

¿Cuáles son las dosis de azúcar libre recomendadas por la OMS?

La OMS aconseja evitar el consumo de azúcar en los niños menores de dos años.

Con respecto a los adultos y niños mayores de dos años, el consumo de azúcares libres se debería reducir a menos del 10% de la ingesta calórica total. Os dejo un ejemplo que os puede ser útil para haceros una idea de qué cantidades estamos hablando: ante un consumo de 2000 calorías, se debe reducir a menos de 25 g el consumo de azúcar libre (menos de 6 terrones de azúcar).

Vaya lío con los azúcares…¿Qué entendemos por azúcares libres?

La OMS define los azúcares libres como:

– Los monosacáridos y los disacáridos añadidos a los alimentos y las bebidas por el fabricante, el cocinero o el consumidor.
– Los azúcares naturalmente presentes en la miel, los jarabes, los zumos de frutas y los concentrados de zumos de frutas. (De aquí se excluye el azúcar presente de forma natural en la fruta).

Debemos procurar una dieta equilibrada en macronutrientes y calorias. La mejor manera es obtener los azúcares de fuentes mas deseables como frutas y verduras, y evitar fuentes de alimentos industriales con exceso de azúcares.

El exceso de azúcar en los niños y en su dieta puede conllevar problemas serios que afectan al metabolismo, el corazón, los dientes e incluso en el rendimiento escolar del niño. Las cifras actuales de obesidad infantil y cuadros de policaries son alarmantes, por favor, ¡tomémoslo en serio!.

Aquí tienes algunos de los problemas derivados del exceso de azúcar en la dieta infantil:

• Incremento del colesterol y triglicéridos.
• Al aumentar el aporte calórico provoca obesidad. Los primeros años de vida de nuestro bebé determinarán el número de adipocitos (células grasas) que poseerán a lo largo de su vida. Si nuestro bebé engorda en exceso, se producirá un aumento en el número total de  adipocitos.
• La obesidad además puede conllevar, entre otros, problemas de corazón.
• Puede ocasionar diabetes.
• No tiene ningún valor nutricional ya que carece de vitaminas y minerales, lo que favorece una dieta poco saludable quitando el hambre y reduciendo la ingesta de otros alimentos.
• Eleva la presión arterial.
• Ansiedad, hiperactividad y depresión.
• Favorece la aparición de caries dental.

Ahora me pongo en la piel de todos vosotros, papás, que vais a la tienda a comprar. ¿Cómo podemos desenmascarar el azúcar?

Os invito a que cuando volváis a ir al supermercado os fijéis en la composición de los alimentos. Es importante que no os dejéis llevar por publicidades engañosas tipo: 0% azúcar, o los productos que pone «avalados por…«. Las marcas suelen sabérselas todas y nos incitan a comprar prodcutos que quizá no sean los más sanos. Tomaos vuestro tiempo y leed lo que pone detrás de cada producto.

El azúcar aparece enmascarado bajo nombres como: dextrosa, jugo de caña, sacarosa, glucosa, malta, melazas, lactosa, edil maltol, concentrado de zumo de fruta, etc. 

Entonces… «¿Qué le doy de comer a mi hijo?». Os dejo algunos TIPS.

• Desayuno: huye de cereales pegajosos y bebidas con cacao. En muchas ocasiones es la solución más rápida, pero la menos saludable. Tómate el  tiempo suficiente para darles junto con la leche unas ricas tostadas de pan integral con aceite de oliva o fruta.
• En el almuerzo y en la merienda: huye de bollos, productos industriales o zumos. Es mejor un bocata de «pan, pan» con atún, tomate, queso… y de nuevo fruta.
• Bebidas: huye tanto de las bebidas energéticas y de los zumos. Llevan muchos azúcares y aportan muchas calorías poco nutritivas, innecesarias para los niños. Estas bebidas les sacian llegando sin hambre a la comida o la cena . La mejor bebida sin duda alguna AGUA.

Laura, ¿quieres decir que nunca pueden tomar CHUCHES?

¡Claro que NO! no quiero ser yo quien les prive de las chuches en su infancia, pero sí que debemos restringirlas a momentos especiales. Para eso tenemos los cumpleaños, algún heladito que otro en la pisci en el verano, los caramelos y turrones de los Reyes Magos, y los huevos de Pascua.

TRUCO: si estáis fuera de casa y no se puede cepillar tras comer algún dulce… un truco es beber agua para eliminar la mayor cantidad posible de restos y evitar así la aparición de caries.

Para los más curiosos, os dejo los enlaces a la app de la OMS referente al azúcar: http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/154587/WHO_NMH_NHD_15.2_spa.pdf;jsessionid=1B3E084CFC62985E54A0A8B56B46A111?sequence=2

Os recomiendo también esta página de la que me considero fan. Es una web muy gráfica puesto que hace equivalencias entre los alimentos y terrones de azúcar: http://www.sinazucar.org/material/

Por último, un post de una gran pediatra a la que tuve el placer de conocer cuando vino a dar una conferencia a Zaragoza: http://www.luciamipediatra.com/alimentacion-infantil-lo-estoy-haciendo-bien/